lunes, 14 de septiembre de 2020

Fue un atentado, siempre lo supimos


Hola Amigos;


Luego de tanto tiempo, deseo que estén muy bien habiendo pasado nuestro país tan difíciles circunstancias en los últimos tiempos.

Solo volví para comentar que hoy me embarga una especial emoción al quedar claramente expuesto que aquella denominada "Tragedia de Once" fue un brutal Atentado, un Sabotaje de los más cruentos que ha sufrido la Argentina, del cual hemos dado cuenta en sucesivos post (creo que de ninguna otra cosa escribí tanto) que solo podemos comprender en tanto tengamos conciencia que una verdadera mafia se ha apoderado del poder real en nuestro país, quizás podríamos decir, desde su fundación misma.

Desde el mayor atentado que sufriéramos cuando un puñado de fascinerosos decidió bombardear a sus propios compatriotas civiles el 16 de junio de 1955 hasta este, acaecido el 22 de febrero de 2012, podemos advertir que bajo el mismo designio han confluido ambos: el derribo de un gobierno popular.


Y no les bastó aquel sabotaje, tuvieron que armar dos atentados ferroviarios más; Castelar y Once 2, para que no nos queden dudas de estar en presencia de una verdadera pandilla de insanos que se unen desde sus actividades; políticas, periodísticas, empresariales, sindicales para otorgarse mutua cobertura y dar forma a un mensaje cuyo objetivo es el convencimiento de las masas de barrer a una expresión política a la que acusan de exactamente lo mismo que son ellos capaces de hacer. De las barbaridades que llevan a cabo con creces.

Y fue este atentado del 2012 el tema que más agitó este blog, en innúmeros post que derivaron en innúmeros comentarios para llegar a decir hoy... estábamos en lo cierto. Fue un Atentado, y lo fue porque son bien capaces de llevarlo a cabo. Y porque lo hicieron siempre. Y porque son los hijos de aquellos que hicieron desaparecer a 30.000 compañeros. Y porque para el caso, no dudaron de meterle cuatro tiros por la espalda al testigo clave de este brutal suceso.

Hay mucho tilingo, hay mucho periodista comprado, hay mucho capo mafia, hay mucho inescrupuloso que no soportaría un solo día de cárcel, pero que no tuvo ningún prurito en enviar a una buena cantidad de inocentes a sufrirla, a padecer una pena enorme, a la muerte misma llevados por una angustia y una tristeza sin límites.

De esto se aprovechó para catapultarse a gobierno, la banda delictiva más siniestra que ha pisado en democracia la Casa Rosada; el denominado "macrismo".

El mismo que llevó al frente de su lista de diputados nacionales en la Provincia de Buenos Aires a una señora que se montó en esta denominada "tragedia" -en la que resultó muerto su propio hijo- para lanzarse políticamente y que resultara en su presentación de candidatura la más aplaudida por los adherentes de esa alianza política que asoló nuestro país desde fines del 2015 hasta fines del '19.

Mucho legislador, mucho periodista del palo en silencio por todo esto, por un desafuero de un compañero que sería exhibido como trofeo de guerra para conducirlo a castigo por "Inhábil moral" según la figura que estampara en su frente la citada banda de psicópatas en gobierno.

Hoy parece fácil hablar desde este lado de la grieta pero bueno, al menos se está haciendo y esperemos se haga lo más fuerte posible, a ver si tanto oído necio y negado empieza de una vez a escuchar

 

- "Cuando desde Twitter hace años dije que lo de Once y todos los demás siniestros: Castelar, Once II, Temperley, San Miguel, Emp. Maldonado, fueron atentados, me comí la burla y el odio de muchas personas. Sólo Dalbón, D'Elía y pocas otras personas del ámbito ferroviario coincidieron en lo que afirmé.

Habría que entender que la maniobra que realizó Córdoba es totalmente contraria a la que un conductor con sentido común haría en su lugar: soltar el hongo de hombre muerto, tirar emergencia, luego probar con el freno de guarda (en el techo), de no funcionar eso, intentar invertir marcha, y finalmente comunicarse con el guarda para que él aplique freno desde el otro extremo del tren. Todo mientras se hace sonar el claxon insistentemente, para avisar a quienes están en el andén y en el tren de que algo funciona mal.

El sistema de hombre muerto de esos trenes funciona de inmediato, y además era redundante ya que la orden se transmite tanto por vía neumática como por vía eléctrica: el circuito neumático se abre, ecualizando la presión en la tubería principal con la atmosférica, lo que hace que los tanques de emergencia alimenten de inmediato la timonería de freno; el circuito eléctrico energiza una electroválvula que libera el aire comprimido de los tanques de emergencia, haciendo lo mismo que describí antes. Si se tira emergencia, la válvula MD-24-Z hace algo similar.

Es de notar que es casi imposible que el sistema de frenos de uno de esos trenes falle por completo. Puede haber “freno largo” pero de ninguna manera el tren queda ingobernable excepto si el maquinista es completamente negligente.

En paralelo está la prueba de lo que hizo en los tambores de los controladores. Todos ellos indican que Córdoba tiró la emergencia pero antes llevó el controller a punto 0 y luego el inversor de marcha a neutro, con lo cual se anula el hongo de hombre muerto. ¿Qué persona en su sano juicio haría eso en una situación de tren sin frenos?
 
Cabe una analogía con un auto (es una sobresimplificación, ojo): estás manejando un auto, llegando a tu casa; probás frenar y como ves que no frena (el tren frenaba bien, ojo, esto lo digo sólo como un ejemplo para terminar de entender la situación) te quedás de brazos cruzados, sin tratar de hacer rebajes con la caja de cambios ni usar el freno de mano.
 
En resumen: el registro GPS indica que el freno no falló, sino que fue aplicado cuando ya era demasiado tarde. Eso está registrado en los tambores de los controladores. El conductor, en vez de hacer lo que en esos casos debió hacer: soltar el hongo de hombre muerto y aplicar freno de emergencia, y si eso fallara (que no falló, no puede fallar porque son depósitos independientes los de emergencia), intentar invertir marcha, llamar al guarda para que aplique desde el otro extremo del tren el freno de guarda.

El conductor realizó una maniobra que ninguna persona en su sano juicio haría en una situación igual: llevar el controller al punto 0 y la llave inversora a neutro. ¿Por qué hizo eso en vez de probar todos los métodos posibles de frenado? Simple: porque no quería frenar."